Ministerio Hispano / Felix Navarrete
Hagamos todo lo que podamos para promover las vocaciones
En una sociedad tan secularizada, el llamado a la vocación del sacerdocio y la vida consagrada es un asunto “pasado de moda.” No obstante los tiempos que vivimos actualmente, la crisis de valores morales y cristianos, conducen al hombre cada vez más, a un vacío existencial que solo puede ser llenado por alguien: Dios.
La historia de nuestra iglesia, nos relata la vida de hombres y mujeres valientes que a lo largo de los siglos han perseguido fervientemente un ideal, un pensamiento que no les permitió anteponerse a las necesidades externas; personas simples, de todos los estractos sociales que buscaron el bien común sin buscar agradar a los demás. Niños, jóvenes y adultos que supieron escuchar la voz interior, alejados del ruido del mundo y se embarcaron con rumbo al cielo, a ellos les conocemos como Santos.
En pleno siglo XXI, nuestra Iglesia se mantiene viva, y aún con altos y bajos, seguimos siendo sin duda, una señal de esperanza para la humanidad, y es ahora cuando más necesitamos fortalecer nuestras relaciones comunitarias, trabajar juntos por un bien común, actuar con compromiso y entrega en nuestros ministerios, pero sobre todo, retomar los valores cristianos en el hogar, inculcar la enseñanza del amor de Dios y el respeto por las cosas divinas, necesitamos urgentemente despertar de un letargo donde hemos permanecido cómodos esperando que alguién más tome nuestras responsabilidades en la formación de nuestros hijos. Es momento de reflexionar y mediante la oración pedir al Espiritu Santo que reavive nuestra fe, que abra nuestros sentidos espirituales y nos ayude a ser santos y formar santos.
El materialismo y la competencia profesional nos ha alejado del sentido de servicio que conlleva nuestra vida como “cristianos,” los padres ya no conciben la idea que sus hijos se conviertan en futuros sacerdotes o religiosas, no es una opción viable—claro en el sentido económico y de competencia—por el contrario, hoy en día, las profesiones se eligen conforme el nivel de poder adquisitivo, tristemente no pensamos en la necesidad que existe de sacerdotes y religiosas que nos acerquen a un encuentro verdadero con la persona de Jesús, y solo en los momentos de necesidad buscamos desesperadamente la ayuda de estos profesionales del alma.
Usted se ha preguntado, que sucedería el día de mañana en una sociedad profesionalmente desarrollada donde no hayan sacerdotes o religiosas? Quién enjugará las lágrimas de los abatidos? Quién hablará por los desvalidos? Quién dará de comer al necesitado? Quién velará por los Immigrantes? Quién?
En el país que vivimos, que se ha convertido en el nuestro, nuestra comunidad Hispana representa más del 35% de los católicos a nivel nacional, lo que significa aproximandamente más de 30 millones de hispanos católicos. Sin embargo de acuerdo con la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, solamente un 15% de las ordenaciones sacerdotales proviene de raices hispanas.
No es un secreto que en nuestra arquidiócesis existe la necesidad de vocaciones, mientras más crece nuestra comunidad en el área metropolitana y zonas aledañas, más crece la necesidad de pastores que guíen nuestro camino de fe, el fenómeno de migración de nuestros países hacia norteamérica es una realidad cada vez más palpable y necesitamos como Iglesia, estar preparados para ofrecer un bienestar espiritual a tantas almas desoladas, hambrientas y sedientas no solo del alimento físico sino del verdadero alimento que da salud al alma y al cuerpo: la Eucaristía.
Si usted siente que Dios le habla a través de este mensaje, considere la vocación del sacerdocio o la vida consagrada para sus hijos, fomente la expresión del amor de Dios en su hogar y oremos juntos para que nuestra comunidad Hispana sea semillero de vocaciones. Paz y bien!
(Felix Navarrete es el coordinador del Ministerio Hispano en el Arquidiócesis de Indianapolis.) †